FILAH 2024: Libros, Música y Tradición en el Museo Nacional de Antropología

La Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia 2024 se celebró en el Museo Nacional de Antropología, ubicado sobre el Paseo de la Reforma. Este icónico museo cuenta con 22 salas de exposición permanente, dos salas de exposiciones temporales y tres auditorios. Además, alberga la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. Este lugar, repleto de siglos de cultura e historia, ofrece respuestas sobre el pasado a quienes tengan las preguntas adecuadas.

Este espacio no solo mira hacia nuestras raíces, sino que permite conectar con ellas, especialmente a través de eventos como la Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, que cada año tiene lugar en la explanada del museo.

En 2024, los ejes temáticos de la feria fueron patrimonio cultural y sostenibilidad, teniendo como invitados a Belice y al estado de Quintana Roo. La feria incluyó una amplia gama de actividades, como presentaciones editoriales, conversatorios, conferencias, homenajes, proyecciones, conciertos al aire libre y talleres. En esta 35ª edición, celebrada del 8 al 18 de agosto, participaron más de 90 expositores y se dispusieron un foro al aire libre y cinco carpas para exposiciones y talleres, consolidando este evento como un referente cultural en México y Latinoamérica.

Uno de los momentos clave de la feria fue la entrega del Premio Antonio García Cubas, que reconoce la labor editorial en las áreas de antropología e historia en nueve categorías. Entre los stands destacados, se encontraba el de Ediciones Pentagrama, que ofrecía una variedad de CD’s de música tradicional mexicana, siendo una opción alternativa en el ámbito musical. Por otro lado, la Cartonería Martha Salvador presentó artesanías relacionadas con las tradiciones mexicanas, tanto en su realización como en su temática creativa. Keto Textil y Kuxul Pok’ mostraron vestimenta bordada y orfebrería, destacando el aspecto histórico que sigue vigente en la actualidad.

La Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia también ofreció una selección para un público más joven. Editorial Resistencia presentó títulos como «Nievecita« y «7 cruces rosas«, libros infantiles que abordan temas delicados como la violencia en México de manera comprensible y sensible. En el stand de El Colegio de México, se encontraron títulos clásicos como «Historia mínima de México» y «Historia mínima del comunismo y anticomunismo en el debate mexicano», mientras que El Colegio de la Frontera Norte destacó con obras como «Trama de una injusticia« y «Campamento migrante«, que exploran el contexto de la realidad social contemporánea.

Entre las presentaciones más interesantes, destacó la del libro «El códice de la cruz-Badiano: Reflexiones desde la ciencia, la historia y la antropología», considerado una obra esencial para el conocimiento de la botánica y las culturas prehispánicas. En otra carpa, Alejandro Arteaga Martínez presentó «Comedia a la gloriosa Magdalena: Estudio introductorio y edición crítica», una obra que plantea nuevas perspectivas sobre el teatro en México.

Los conciertos al aire libre en el Foro Artístico fueron una de las actividades más atractivas, ya que la música se escuchaba por toda la feria, creando un ambiente festivo. Este foro se encontraba junto a la cafetería, brindando a los asistentes la oportunidad de relajarse y convivir.

Finalmente, al estar en el Museo Nacional de Antropología, este evento ofreció una excelente oportunidad para visitar las exposiciones temporales y permanentes del museo, complementando la experiencia cultural de la feria con un recorrido por la historia de México.

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Alguien Camina Sobre Tu Tumba: un recorrido por el fascinante mundo de los panteones

El Panteón Jardín se ubica en San Ángel, Ciudad de México, y se estableció hace más de 80 años en 1941. Es tan grande y tiene tantas secciones que es fácil perderse entre las criptas y los pasillos donde se encuentran los restos no sólo de personas comunes, sino también de artistas del cine, la música y las artes de México y el extranjero. Nombres como Germán Valdés “Tin Tan”, Pedro Armendáriz, Maricruz Olivier, Marcelo Chávez, Fela Fábregas, Seki Sano, Andrés Soler, Fernando Valadés, Fernando Wagner y son sólo algunos de los que se encuentran ahí. Y por otro lado, en alguna de las filas de ese lugar también está mi abuelo.

Confieso que nunca conocí a mi abuelo, por ende no podría decir que hubiera un cariño ni tampoco un afán por visitarlo y limpiar el mausoleo. Pero sí que lo hay por visitar el Panteón Jardín. Cuando la gente me pregunta acerca de mi fascinación por visitar el panteón, nunca logro dar una respuesta concisa. ¿Es porque me remite a mi infancia, cuando íbamos periódicamente a visitar? ¿Es el aire fresco que dan tantos árboles que hay? ¿Es el silencio que brindan los muertos? Tal vez una combinación de todo ello. Lo único cierto es que, al crecer me di cuenta que no soy la única persona que siente fascinación y predilección por los panteones, su historia, sus relatos y sus misterios.

La muerte, en cualquier cultura, ha sido un tema de interés, envuelto en misticismo y abundante en relatos. Para ciertas civilizaciones, la muerte no sólo simbolizaba el fin sino que funcionaba como eje para la misma existencia. Este afán del ser humano por trascender o dejar algo tras de sí motivó la construcción de eminencias como el Taj Mahal, las pirámides de Egipto e incluso las pirámides de Teotihuacán, donde en tiempos recientes se encontraron cámaras funerarias a sus adentros. Aunque por supuesto, estos recintos estaban reservados para ciertos privilegiados, ya fueran gobernantes o gente de la realeza. Para el resto de la sociedad, se encuentran reservados otro tipo de sitios como panteones, cementerios ingleses o incluso urnas en algunas iglesias.

Aunque haya gente que prefiere mantenerse alejada de este tipo de lugares y comenta que hay que guardar respeto al camposanto, hay personas como yo y como Mariana Enriquez, que encontramos entre las tumbas más que sólo el olvido. “Alguien camina sobre tu tumba” es una recopilación de relatos sobre los encuentros que ha tenido la autora, precisamente, con las tumbas. Desde un cementerio inundado, la sepultura de Elvis Presley, la belleza de un camposanto abandonado, la tumba de un poeta enterrado de pie, lápidas protegidas por perros fantasmagóricos, hasta niños milagrosos y hasta sacerdotisas vudú. Claro que estos son sólo algunos por mencionar, la autora ha recopilado muchos viajes y visitas a distintos cementerios del mundo.

La belleza del trabajo de Mariana Enriquez reside no sólo en los lugares que visita, sino en el significado, la reflexión que de ellos saca y en cómo después de cada visita algo en su interior se modifica y nunca vuelve a ser la misma. Probablemente, todos los viajes que valen la pena, hacen eso con nosotros: nos cambian, nos revelan un nuevo pensamiento y nos permiten vislumbrar nuevas perspectivas. En el caso de Enriquez, los viajes a los cementerios no son sólo una visita turística, es una búsqueda profunda de su ser por conocer qué hay más allá. A la vez, sus relatos se entremezclan con historias de su propia vida, lo que resignifica su experiencia y nuestra experiencia como lectores. Las descripciones que hace de los sitios y del ambiente que ellos impera es centrada, detallada y rica en especificidades, ofreciendo todo para que quien se acerque al texto pueda sentirse allí. Sin embargo, más que todo lo anterior, encuentro a “Alguien camina sobre tu tumba” como una invitación para conocer más, para explorar sitios que consideraríamos son sólo para los muertos, para reconciliarnos con el lugar al que todos habremos de llegar.

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La Estela de Luz Brilla con el Festival Sol Quieto y el Centro de Cultura Digital

El Monumento al Bicentenario de la Independencia Nacional en México es más conocido como “Estela de Luz”, ya que por las noches se ilumina y se vuelve parte del paisaje lumínico de la ciudad gracias a su altura de 104 metros y 6 metros de ancho. Ubicada sobre el Paseo de la Reforma y más coloquialmente conocida como la “suavicrema” –debido a su característico color amarillo pálido y su forma, la cual hace alusión a las galletas Suavicrema–, tiene en su base ubicado el Centro de Cultura Digital (CCD). Desde hace más de trece años, el CCD ha sido un espacio abierto a la comunidad, siendo un proyecto que busca invitar a la reflexión y darle acogida a proyectos culturales independientes.

Entre la diversa oferta cultural de este espacio han habido conciertos inmersivos, exposiciones plásticas y audiovisuales, talleres –para niños, jóvenes y adultos– orientados hacia diversos resultados –siendo algunos de ellos dedicados a la preservación y exploración de lenguas indígenas–, proyecciones de cine y actividades recreativas como la que se llevó a cabo este sábado 20 de julio. El CCD abrió sus puertas en esta ocasión para ser sede del Festival Sol Quieto, evento cuyo propósito fue el tejer puentes entre la música, la poesía y el video, conjuntando para ello una feria editorial independiente, proyecciones de videopoesía, micrófono abierto para compartir poesía y un concierto presentado por tres bandas y artistas invitados: Hospital de México, Sebastián Rojas y Grito Exclamación.

La cantidad de asistencia fue algo sorprendente, en algún momento pareció que el amplio espacio del CCD no era suficiente para albergar a la cantidad de gente interesada en el evento. A diferencia de otros eventos relacionados con la literatura y los libros, en los cuales las personas van acompañadas con sus parejas y tienden a oscilar entre edades adolescentes hasta las adultas mayores, en este caso la mayoría de los asistentes fueron jóvenes entre sus 20 y 30 años que iban acompañados por grupos de amigos. Este factor fue determinante para el ambiente que se formó, uno en el cual las perspectivas que se compartían en el micrófono abierto eran de denuncia, de crítica social y de autorreflexión, las cuáles partían precisamente de un punto de vista de las generaciones jóvenes. Asimismo, el target del evento eran los jóvenes y no sólo fueron ellos quienes llenaron el lugar, sino quienes le dieron vida al evento.

Entre algunas de las mesas de oferta editorial estaban Elefanta, Miau Ediciones, U-Tópicas, Palíndroma, y Saca La Lengua Fanzine. Dada la naturaleza del evento, la mayor parte de los títulos estaban orientados hacia la poesía, sin embargo también se encontraban temas de literatura general y mucha variedad de fanzines. Entre las mesas se encontraban libros de Eloisa Cartonera, la cual se apega al estilo de la editorial La Cartonera; de la ganadora del Premio Estatal Hugo Gutiérrez Vega, Sayuri Sánchez, estaba su poemario Retrato de un gusano blanco; de Yael Weiss estaban sus historias sobre la fragilidad de la vida incluidas en Las cicadas.

Las lecturas en voz alta y el micrófono abierto fueron la cúspide del evento, al permitir que cualquiera pudiera compartir sus escritos, incluso siendo escritores y escritoras, en su mayoría, no publicadas. Probablemente el hecho de poder mantener el anonimato permitió que se leyeran poemas como “Estas son las historias de amor que contamos los hijos del narcoestado” sin temor a las represalias por exponer y protestar acerca de la violencia de la sociedad. El escuchar a las y los jóvenes poetas invita a la reflexión, nos hace pensar sobre qué es lo que mantenemos en común al vivir en esta ciudad en este momento de la historia, nos hace preguntarnos acerca de sus maestros y sus lecturas, pero sobre todo, convence sobre la importancia de continuar abriendo este tipo de espacios para que más gente se sume a compartir la música y la poesía.

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Del silencio al estruendo  Sara Sefchovich

En la historia de la humanidad no se habla –o al menos hasta hace muy poco tiempo– de las mujeres y el hecho de ser mujeres. Es importante hacer esta distinción ya que quien no se haya parado a pensar en ello debería: la educación –tanto en casa como en la escuela– está total o casi totalmente concebida desde el punto de vista de los hombres. Las mujeres hemos tenido que entender el mundo a través de la visión de los hombres. Y no es que esa visión esté errada, sino que se trata de una visión sesgada. El mundo, desde la visión de las mujeres, es distinto y no se debería esperar que sea igual porque la experiencia de ser hombre y ser mujer en la vida es distinta.

La forma de entender el mundo, la historia, la cultura ha sido a través de los hombres. No fue hasta finales de 1800 en que se empezó a hacer hincapié en que las mujeres también existían fuera de sus labores en casa, que también pensaban como cualquiera y que tenían derechos, y uno de ellos era el de poder decir lo que pensaban, expresarse. Antes de esto, ya se sabía que las mujeres escribían, pero no era tan sencillo entrar en ese ámbito, ni mucho menos ser tomadas en serio. No son tan inusuales los casos en los que las mujeres tuvieron que firmar sus obras con seudónimos o siglas para poder publicarlas. Virginia Woolf, en Una habitación propia, reconoce el privilegio de clase que tuvo de poder escribir al provenir de una familia adinerada, hace un análisis sobre el camino que tuvieron que pasar Jane Austen y Emily Bröntey, sin embargo, a lo largo del libro, ella experimenta momentos en los cuales es ignorada y menospreciada por ser mujer en un mundo de hombres.

Es precisamente desde ese principio donde Sara Sefchovich se apoya para escribir Del silencio al estruendo. La autora busca con este ensayo descubrir de qué escriben las mujeres, desde dónde escriben, por entender si existe diferencia entre la literatura femenina y la masculina, y, de existir, dónde reside esa diferencia. Se da a la tarea primero de establecer que hay un momento en que las mujeres pueden acceder a la educación que les permite saber leer y escribir, y que hay un segundo momento en que se extiende un periodo de paz para la sociedad en que es posible que florezcan la cultura y las artes, y es entonces cuando escriben. Sefchovich busca entender cómo y de qué está compuesto el tejido de las escritoras y sus trabajos, observando el panorama a lo largo de la historia, de diferentes culturas y cómo ha ido cambiando con el tiempo, esperando encontrar un patrón o una tendencia que explique qué, cómo y por qué escriben las mujeres.

No se puede escribir sobre lo desconocido. Cuando las mujeres comenzaron a escribir, lo hicieron sobre lo que les rodeaba, y como para muchas de ellas el eje de sus vidas era su familia y el matrimonio, comenzaron por ahí. Eso les jugó en contra, claro, llegando a decirse que las mujeres sólo podían escribir novelas románticas. Tuvo que pasar el tiempo para que la escritura de las mujeres entrara en los terrenos del realismo, del naturalismo, del modernismo y en géneros como la poesía, el teatro y el ensayo. El estilo y el tema es individual de cada escritora y está determinado por su entorno, ideología, valores, circunstancias sociales y un sinfín de cosas que le dan un carácter único. Si bien esta regla aplica también para los hombres, sus condicionamientos sociales siguen siendo distintos porque la educación que se brinda a mujeres y hombres sigue siendo distinta.

Este título busca dar respuestas a las grandes preguntas y cuestionamientos que se han hecho en torno a la literatura escrita por mujeres, considerando el contexto, la historia y las circunstancias en que ha sido creada. Este ensayo es un parteaguas entre el pasado y el futuro, pues analiza los parámetros con los que se ha medido la literatura en general y marca las pautas con las que se puede comenzar a dilucidar cómo será leído y considerado el trabajo literario de las mujeres a futuro.

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Y Zapata Sigue Cabalgando: un cuento sobre la vida del caudillo

Cuando se nos cuenta la historia de nuestro país –sea cual sea– lo pensamos como algo que le pasó a otras personas, en otra vida, algo lejano, no sólo en el tiempo sino en el espacio. Pareciera, en ocasiones, algo que nunca sucedió. Porque es normal que cueste imaginar cómo era el mundo antes de como nosotros lo conocimos; incluso cuesta conectar nuestro propio presente con nuestro propio pasado, porque mucho –sino es que todo– ha cambiado a como lo recordamos en la infancia. De ahí la importancia –y la necesidad humana por dejar un paso de su existencia tras de sí– de contar historias, de buscar prevalecer. Es algo natural. En muchos pueblos de México la costumbre de pasar la historia, las costumbres y tradiciones de boca en boca, es algo que se mantiene.

En una historia mal contada, todos podemos ser “el malo”, así como cuando contemos nuestra versión, siempre seremos “el bueno”. Sin embargo, independientemente de ser “el bueno” o “el malo” –que viene a ser algo tan subjetivo– lo cierto es que la historia escrita en los libros está retratada desde la perspectiva de los vencedores. Conocer otras perspectivas de un hecho se vuelve complicado cuando se le tiene que preguntar a los muertos. Preguntarle a Emiliano Zapata cómo fue la revolución resulta algo imposible (aunque sería maravilloso escucharlo), por ello hoy en día se ha convertido en nada más y nada menos que un símbolo. El legado ideológico que dejó es tan poderoso que tras más de 110 años su lema Tierra y libertad sigue siendo el grito de lucha de quienes en la actualidad se siguen rebelando ante un sistema que los somete.

Para todos aquellos que han tenido interés en adentrarse más en la historia, en buscar y escarbar más allá de lo que ofrecen los libros de las escuelas públicas, han encontrado que el caudillo del sur era más que sólo un hombre interesado en el poder. Cuentan que cuando llegó a sentarse en la silla presidencial –sin buscar ostentar ningún tipo de título– le dijo a Francisco Villa, sentado a su lado: “¿Y por esto se pelean?”. Pero eso bien podría ser sólo una leyenda urbana. Lo que nos ofrece este título es algo mucho más genuino y real: es la historia de alguien que estuvo ahí, un hombre que en su juventud fue zapatista.

Y Zapata sigue cabalgando es un cuento breve dirigido en especial al público infantil, escrito por Victor Hugo Sánchez Reséndizy editado por La Cartonera. La narración es sencilla, pero es capaz de atrapar desde la primera página debido a su autenticidad, temática y pasión. Sánchez Reséndiz recupera la historia de su abuelo, quien le contaba a los niños que se acercaban a preguntarle cómo fue pelear al lado de Zapata, los motivos por los cuáles lo hacían, cómo era la vida antes y cómo fue después de la revolución mexicana. Les cuenta además, sobre el verdadero destino que tomó el caudillo y cómo es que no fue asesinado como dice la Historia, sino que se fue a Arabia, porque va a volver a luchar por la libertad. Todo esto es lo que le brinda la belleza al cuento, los aspectos íntimos, los momentos exagerados por el bien del relato, el orgullo con el que es contado.

Aunque cada vez más lejano, el pasado es algo que determina nuestra existencia. Es necesario poder reconciliarnos con el pasado que tenemos como nación, honrar nuestro origen y hacer las paces con los episodios oscuros que cayeron –como caen para todos– en nuestro país. Cuando podamos hacer eso, podremos dejar el pasado en su lugar y mirar hacia el mañana. Y considero necesario aclarar que dejar el pasado atrás no es olvidarlo, al contrario: es reconocerlo. Y en el reconocerlo está rescatar relatos como éste, que son valiosos por ser parte del cotidiano; porque el mundo no ha sido construido sólo por los nombres que aparecen en los libros, sino por todas personas que los acompañaron, como el abuelo de Sánchez Reséndiz. Este título está lleno de nostalgia, de tiernas descripciones sobre Morelos y su gente, pero especialmente de tradición.

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Arts Bazar Junio 2024: Un Encuentro Creativo en la Casa Universitaria del Libro

La Casa Universitaria del Libro (CASUL) abrió sus puertas el sábado 29 de junio para celebrar una edición más de Arts Bazar. Este evento destacó no solo por la cantidad de propuestas, sino también por la calidad de las creaciones en cómicsfanfics ilustradoscopicsfanzinesnovelas gráficas e ilustraciones impresas en serigrafíasrisografías y pósters con diferentes acabados: matebrillante y holográfico. Además, se presentaron objetos como tazaslapicerospinestarjetas coleccionables y muchos artículos más. Un plus de este evento es que, en la mayoría de los casos, los artistas y creadores de las obras eran los mismos expositores, ofreciendo la oportunidad de preguntarles más sobre las piezas y trabajos que mostraban.

La CASUL, ubicada en la Roma Norte, en la calle de Orizaba, organiza eventos, cursos, talleres y otros tipos de actividades abiertas al público. Al tratarse de una casa colonial con pisos de madera, techos altos y ventanales, el contraste con el Arts Bazar era notorio, creando una atmósfera armoniosa donde lo antiguo se mezclaba con lo novedoso. Alrededor de tres salas, dos de ellas circulares, se acomodaron las mesas, resultando en una exposición redonda que invitaba a ver todas las mesas para poder entrar y salir. Además, se contó con un podio para presentaciones de novelas gráficas, como “Regueiras” de Eterno Femenino Editorial; charlas como “Las perspectivas y desafíos de la autopublicación de cómics en México” por Virus Visal y “Proceso creativo de proyecto La importancia de ser mexicano” por Ric Velasco; así como talleres y presentaciones de nuevos proyectos editoriales.

Decomixado Comic & Toy Store es una de las tiendas de cómics más importantes gracias a su amplio catálogo que abarca no solo nuevos títulos sino también coleccionables raros y descontinuados. Estuvo presente con una amplia gama de cómics, algunos incluso en cámaras de protección de acrílico, considerados por los coleccionistas como objetos de colección. Sharkius llevó cómics y novelas gráficas para todas las edades con temáticas diversas como historias de superhéroes –como el cómic mexicano independiente “Códices infinitos”–, tiras cómicas, amor LGBT+ e incluso la historia de un par de hermanos que realizan exploración urbana y desaparecen tras entrar en una cueva de donde se presume que 100 años antes salió una bruja para atemorizar al pueblo que ahí habitaba, historia que se puede encontrar en “Sábado negro” de Tiras sin Sentido.

Por otro lado, Asfalto presentó una serie de novelas gráficas y fanzines con temáticas más oscuras que dejan ver una perspectiva de lo que bien podría ser un mundo postapocalíptico y sombrío, con figuras humanoides. En el mismo sentido de lo postapocalíptico, el trabajo de Joshua Hernández en “Ecatepunk” retoma la película “Mad Max” y a los punks para contar una historia de lo que pasaría después de la casi extinción de la humanidad, y que, pese a ello, ciertas condiciones sociales, desigualdades y violencias se mantendrían pues son inherentes a la humanidad. Arturo Piña también explora cuestiones retorcidas del ser humano en varios de sus fanzines como “Mente D’Mente” y “La taxidermista”, donde, sin importar que la situación sea aparentemente inofensiva, la muerte sigue allí acechando. En contraparte a estos trabajos, Gnomariana llevó los dos tomos de su serie de tiras cómicas “Red flags” que retratan pequeños momentos de las relaciones amorosas modernas, mientras que Dacachi expuso tres de sus novelas gráficas, las cuales contaban con bellas ilustraciones de las cuales se podían comprar individualmente sets de tarjetas coleccionables.

Arts Bazar reunió a una serie de artistas muy diversa, demostrando que la creatividad no tiene límites y que habita de formas distintas en cada uno de nosotros. El hecho de presentarse en CASUL es un extra, pues es un buen pretexto para visitar la colonia Roma Norte en un fin de semana. Indudablemente, para asistir hay que considerar una buena parte del día, pues merece totalmente la pena echar un vistazo a todas las mesas.

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UNAM y el Cine: Impacto y Futuro en el FIC 2024

Pensar en el cine en México siempre nos remite a la época del Cine de Oro y, en los últimos tiempos, a la triada que han formado Alfonso CuarónGuillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu en el cine –especialmente en el extranjero–. Habrá que partir marcando una línea entre el cine mexicano, el cine en México y los mexicanos que hacen cine en el extranjero –porque podría parecer lo mismo, pero no lo es–. Sin embargo, pese a sus diferencias, lo que queda claro es que en la actualidad se ha dado más peso a esta parte de las artes en el país y que no sólo se han puesto en la mira a las producciones nacionales, sino también a las escuelas de cine y a los jóvenes creadores –que no son pocos y que, sin lugar a dudas, están buscando encontrar su identidad como cineastas y crear sus propuestas originales—.

Es en este contexto que la Universidad Nacional Autónoma de México organizó un año más el Festival Internacional de Cine celebrado del 13 de junio al 30 de junio teniendo como sede principal el Centro Cultural Universitario. Este festival se ha presentado desde el 2011 y fue concebido originalmente como un evento de promoción del cine contemporáneo internacional y mexicano, considerado ahora como uno de los festivales más influyentes de la Ciudad de México y del país en cine de arte. Cada año ha conseguido no sólo más asistentes y cobertura, sino también más actividades, como las que se realizaron en esta edición, la cual contó con la proyección de películascátedrasconversatoriosperformanceshomenajes a figuras de la cinematografía mundial y encuentros de cine con diversas categorías y convocatorias abiertas al público en general, sumando con esto una ceremonia de premiación.

Además, en el CCU se instaló además un stand de libros UNAM con una selección de obras que iba desde algunas novedades a títulos que forman parte de su catálogo desde hace varios años, siendo principalmente categorías como músicateatrocine y literatura los que dominaban los libreros. Alguien camina sobre tu tumba de Mariana Enríquez era uno de los títulos más llamativos no sólo por su colorida portada, sino también por ser una edición actualizada que incluye nuevos relatos de cementerios del mundo a los cuales acude la autora. Asimismo se podía encontrar “El lejano Oriente de la poesía mexicana, que hace una selección de poesía mexicana inspirada en los países de Oriente y su cultura. También estaban exhibidos los volúmenes de “El Ensayo”, los cuales son un compendio de ensayos mexicanos que buscan darle peso y enaltecer su valor como género literario, bajo la premisa de que en México suele dejarse de lado.

Al igual que el año anterior, se llevó a cabo, en colaboración con el Festival de Cine de Locarno, el Locarno Industry Academy México; este taller está dirigido a jóvenes de México y Latinoamérica que buscan mantener la circulación de cine independiente y todo lo que conlleva: distribución –en línea y tradicional–, ventasmarketingexhibiciónprogramación de festivales y otros aspectos técnicos. Se convocaron también a estudiantes de bachilleratolicenciaturaposgrado y público en general a escribir un ensayo para el Concurso de Crítica Cinematográfica Alfonso Reyes “Fósforo” sobre una película seleccionada por FIC UNAM.

Es precisamente en ese punto donde recae el propósito de este evento: compartir el cine. Compartirlo en todos sus aspectos: llevarlo a otros lugares, verlo con otras personas, comentarlo, discutirlo y experimentar otras perspectivas del cine. Es interesante ver que la mayoría de estos talleres y cátedras están dirigidas a jóvenes, y que en la mayoría de la asistencia a las proyecciones también es por parte de ellos, buscando quizás un tipo de películas que no se consiguen en los cines convencionales o al que no se puede acceder debido a su poca distribución. Sea como fuere, esta gran edición abre la expectación por lo que se presente el próximo año, ya que será la celebración de los XV años del proyecto.

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Coyoacán se viste de cultura: todo sobre la Feria Internacional del Libro 2024

El centro de Coyoacán es un lugar emblemático de la Ciudad de México. Caminar por sus calles empedradas, conocer sus callejones y calles angostas, disfrutar de la arquitectura de las casas y los edificios es un deleite. Sin embargo, reúne una serie de elementos que lo distinguen de otros espacios similares a este en la ciudad: la parroquia de San Juan Bautista, la plaza Hidalgo, con su fuente con estatuas de coyotes, el kiosco; los restaurantes, cafés, librerías y heladerías en las calles aledañas, los centros culturales… Y si hiciera falta un pretexto para visitar este lugar, la Feria Internacional del Libro de Coyoacán 2024 nos lo ofrece.

Precisamente en la plaza Hidalgo es que se dio el espacio para la tercera edición de esta feria. Se montaron carpas para dar espacio a 180 expositores (editores, librerías y proyectos independientes), así como conferencias, mesas de diálogo, conversatorios, presentaciones de libros y talleres. La diversidad de los talleres iba desde el origami, pasando por acuarela y dibujo, hasta encuadernación, máscaras de papel y cartonería. Otras actividades a las que se les dio espacio fue a cuentacuentos, conciertos, presentaciones de danza y lecturas dramatizadas. Todas estas actividades fueron gratuitasy para todo el público.

Como invitados a esta Feria estuvo el Estado de Guanajuato con su proyecto editorial que busca dar cabida a diferentes voces y diversas propuestas bajo la dirección del Instituto Estatal de Cultura de Guanajuato y de su sello editorial Ediciones La Rana; de igual forma se invitó a la Francofonía. No obstante, por cuestiones de agendas políticas en el país, la colaboración que se hizo se llevó a cabo en enero, siendo una reunión con los representantes de las Embajadas de Francia, Canadá, Suiza, Bélgica y Haití en la cual, además de celebrarse la cultura y las artes de la francofonía en Coyoacán, se hizo una lectura del libro El gallo y la serpiente. En este título, se reunieron una serie de poemas que buscan presentar un poco de la poesía francesa actual a México, haciendo además una analogía entre los símbolos del gallo (Francia) y la serpiente (México).

Entre los expositores, Mango Manila Editorial se hizo presente con una estrategia simple, pero efectiva: colocaron mesas y sillas infantiles, con libros a la estatura de un infante, pues es precisamente a ellos a quienes está dirigido su material. Pensando también en los niños y con el afán de interesarlos en el periodismo, el periódico La Crónica coordinó una actividad en la cual se les prestaban chalecos y micrófonos a los niños para que entrevistasen a los exponentes. Igualmente, para asistentes de cualquier edad, contaban con una actividad más sencilla, pero igualmente llamativa: fotografiarlos e imprimir la foto en la primera plana de un ejemplar del periódico.

La Cartonera también encontró su espacio en la carpa de Espacio M, quienes se dedican al libro de artista, libro objeto y ediciones autogestivas. Los títulos que ofrece La Cartonera son tan variados como sus autores, se enfocan principalmente en poesía, novela, cuento y algunas traducciones, teniendo la particularidad de ser, precisamente, encuadernados artesanalmente en cartón, con portadas pintadas a mano –lo que le concede una identidad exclusiva a cada ejemplar– y tirajes generalmente cortos, por lo que cada uno de los ejemplares tiene un valor único. Fue en esta misma carpa donde se llevó a cabo la actividad de estampado ex libris con sellos grabados por Pedro de Jesús, quien llevó su trabajo desde Cuernavaca para compartirlo en la Feria.

Probablemente la semana asignada para visitar esta Feria sea poco tiempo considerando todas las actividades, sin embargo promete realizarse de manera anual. Así que esperamos que sigan trayendo al público muchas más actividades, charlas, conciertos, lecturas y talleres, pero sobre todo, libros.

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Movimiento Zapatista

“Aprendizajes del movimiento zapatista: de la insurgencia armada a la autonomía popular” – Lia Pinheiro Barbosa y Peter Michael Rosset

Considerar a México como destino turístico siempre es una buena decisión, tiene playas hermosas, cenotes, bosques, pueblos, ruinas de civilizaciones antiguas, una gastronomía exquisita y la gente siempre recibe bien a los turistas. Por otro lado, vivir en la Ciudad de México es una experiencia que recomendaría ampliamente, existe una mezcla de folklor, color, tradición junto a la modernidad de los avances tecnológicos a nivel global. En esta ciudad hay muchas ofertas culturales y artísticas, hay muchos lugares turísticos y acceso a la educación. Sin embargo, estas dos visiones son un sesgo que se ha generado, quizá porque tendemos a ver el vaso medio lleno. Pero la realidad de quienes viven en la periferia de la ciudad y de quienes viven en provincia —no tan alejados de los centros turísticos principales—, es muy distinta.

Este movimiento da comienzo la noche del 1 de enero de 1994, cuando el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) hizo un levantamiento armado en San Cristóbal de las Casas ofreciendo la lectura de la Primera Declaración de la Selva: once demandas: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. En síntesis, lo que se exigía era tan sencillo como fundamental: derechos. Estos derechos a los cuales, por el mero hecho de ser mexicanos, ya tenían garantía por medio de las leyes establecidas en la Constitución de 1917 , pero que, con el paso de las décadas, se les había privado de ellos o, directamente se les habían negado. ¿Quiénes se los negaron? ¿Quiénes relegaron a las comunidades indígenas? El gobierno podría fácilmente ser responsable en parte de ello por no contar con los medios para garantizar el ejercicio pleno de sus derechos brindándoles caminos y escuelas con material didáctico adecuado, instaurando centros de trabajo con jornadas laborales y salarios dignos, que a su vez les permitieran acceder a viviendas con servicios de agua, drenaje y luz, así como alimento y vestido. No obstante, en esta compleja situación, queda por nombrar a otro actor: el resto de la sociedad.

La sociedad moderna que adoptó las costumbres de los conquistadores, vive en las ciudades, habla español y entró en el sistema que proponía al neoliberalismo como modelo económico -sistema que, indirectamente, propició el movimiento del EZLN-. Porque, si bien es una sociedad con muchas carencias y problemáticas a resolver, no es equiparable a la situación de precariedad de la mayoría de los indígenas en México. Aunque todos somos mexicanos, las oportunidades y los contextos no son los mismos: a las comunidades indígenas se les ha aislado y discriminado muchas veces por mantener sus costumbres y tradiciones, llegando a verlos como los otros. Así pues, se ha creado una separación que no ha hecho otra cosa que abrir más la brecha cultural, económica y política, decantándose en el movimiento indígena-campesino. Este movimiento ha tenido fallas, como cualquier autonomía, pero ha mantenido una lucha legítima en el aspecto social y, a su vez, ha inspirado a más manifestaciones del mismo tipo.

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales pone a disposición de las y los lectores una colección de libros que, en clave de difusión, se propone dar cuenta de los principales movimientos, revueltas y conflictos de la América Latina y el Caribe del siglo XXI. Entre ellos, se encuentra este título, donde los autores exponen cómo, a tres décadas de sus inicios, el zapatismo ofrece la más completa, explícita y radical versión de autonomía indígena-campesina conocida en el mundo contemporáneo; convirtiéndose así en una lectura clave para comprender el contexto actual de los países del centro-sur de América.

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Kermés “Editando lo cotidiano”

En la azotea del Museo UNAM Hoy se llevó a cabo el sábado 13 de abril la cuarta edición de la kermés “Editando lo cotidiano”, que aunque suene fuera de lo común, es precisamente eso: una kermés. En la entrada del museo colocaron un stand donde la gente podía acercarse a sellarse grabados sobre la piel a manera de tatuaje, funcionando como una invitación para subir a la kermés, que se realizó en la azotea. Entrando a la azotea se ofreció una recepción con agua de jamaica y tacos de canasta, explicaban la dinámica del evento, daban billetes denominados “churru-pesos” que eran canjeables por actividades en los stands o por artículos que tuvieran en venta y, básicamente, daban así la bienvenida. Los realizadores de este evento son 10 colectivos editores autogestivos que buscan dar a conocer su trabajo como creadores de fanzines, pero además, abren un espacio en donde buscan dar la bienvenida a conocedores y no conocedores de su trabajo.

En México hay momentos del año donde, para conmemorar alguna fecha especial como el día de la independencia y el día de las madres, las escuelas organizan eventos llamados “kermés”, los cuales se tratan de convivir con los compañeros de clases mediante juegos, actividades y al momento de compartir alimentos. Tomaba un plus cuando se permitía llevar ropa de diario y no el uniforme, lo cual le daba un toque más atractivo. Así pues, la kermés era el momento más “punk” del año. Para estos realizadores de fanzines, quienes saben que el inicio del fanzine está en lo punk,  retoman estos dos conceptos para crear “Editando lo cotidiano”.

El hecho de ser una kermés no es una casualidad, es una idea trabajada por La Zinería y Editorial Mitote, en donde invitan a compañeros del gremio con quienes ellos se han encontrado a lo largo de su recorrido en la edición y publicación. Este camino ha sido principalmente entre bazares y ciertos eventos culturales donde, ya en la convivencia, comentaban que no se abren espacios exclusivamente para ellos, para su trabajo como editores de fanzines y de publicaciones independientes. Así que, al no encontrar un lugar en ferias del libro o recintos que abran sus puertas, los mismos colectivos se organizan y buscan sus propios lugares de encuentro y exposición.

La oferta artística que llevaron fue desde los fanzines a grabados, ilustraciones, pósters, figuras en periódico, pintadas y cubiertas con resina epóxica. Como extensión, también se dieron charlas, talleres y lecturas en voz en una sala inferior de donde se realizaba la kermés. Me encontré con títulos como “Cómo romper el corazón de un elefante”, de Brian O’ Brien, en donde se narra cómo los elefantes son secuestrados y separados de su manada para ser entrenados y vendidos a zoológicos o circos; Larissa Alcántara tenía “¿A qué velocidad viaja el pasado que siempre nos alcanza?” donde habla sobre el consumo de las drogas en la adolescencia, envolviendo el fanzine dentro de una bolsita de plástico junto a stickers coloridos, pequeños dulces y cuentas de pulseras que emulan pastillas, logrando así una analogía de cómo son empaquetadas y presentadas las drogas; Baruck Racine realizó un fanzine fotográfico donde cuenta a través de imágenes su vida en EUA durante su infancia, su vida en México y cómo la frontera que separa a ambos países no es sólo física. Asimismo, la Fanzinoteca de la UNAM prestó material para su exhibición, el cual forma parte de su catálogo que puede ser consultado en cualquier momento en su centro archivístico.

La idea principal de estos colectivos, además de presentar su trabajo, es crear espacios y consolidar comunidades, pues encuentran fundamental romper la estigmatización de cómo debe ser el arte y para quién va el arte. Esta particular visión nace pues los creadores han encontrado en sus comunidades de origen que bien llaman “la periferia” -Xochimilco, Ecatepec, Cuautla, Tláhuac, Morelos, Tlalnepantla-, poca apertura a la expresión gráfica y artística que realizan. Pocos espacios se han arriesgado en las ediciones anteriores de esta kermés a abrir sus puertas y, más aún, a financiarlos. Así que, sumando esfuerzos entre colectivos, prepararon una invitación abierta a todo público, un evento en donde los niños también son bienvenidos, ofreciendo a las infancias la oportunidad de acercarse a este mundo, para mostrarles que hay gente que vive de “hacer dibujitos”.

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